miércoles, 28 de septiembre de 2016

La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón

fue una de las más poderosas órdenes militares cristianas de la Edad Media. Se mantuvo activa durante algo menos de dos siglos. Fue fundada en 1118 o 1119 por nueve caballeros franceses liderados por Hugo de Payns tras la Primera Cruzada. Su propósito original era proteger las vidas de los cristianos que peregrinaban a Jerusalén tras su conquista. La orden fue reconocida por el patriarca latino de Jerusalén Garmond de Picquigny, que le impuso como regla la de los canónigos agustinos del Santo Sepulcro.



Considerada una de las organizaciones más misteriosas de la tierra. Aunque Los Templarios se llamaban a si mismos: “Los Pobre Caballeros de Cristo”, estaban considerados como una de las estructuras más ricas de Europa.
Los Templarios eran una orden religiosa – militar conformada por hombres santos pero guerreros feroces y sangrientos.
Ellos guardaban fuertes votos de pobreza, pero con una acumulación de riquezas superior a la de muchos reyes.
La mayor reliquia de la Cristiandad estaba protegida y custodiada por ellos y se creía que buena parte de su poder venía de ahí; ellos fueron los custodios del “Santo Grial”.
Cuando Los Templarios llegan a la cima son destruidos y su fortuna se desvanece.
En 1307 el reinado de los Caballeros Templarios llega a su fin, son acusados de Herejía, interrogados intensamente y confiesan.
Dos siglos de poder y riqueza se desaparecen de la historia, pero dejando atrás un gran misterio.